Intolerancia a la Lactosa
La intolerancia a la lactosa se produce cuando la persona tiene una alergia a la lactosa, es decir, no puede digerir este componente presente en la leche, generándole una serie de síntomas y molestias tales como gases, hinchazón o diarrea tras la ingesta de productos lácteos.
¿Qué es la Lactosa?
La lactosa es un azúcar presente de forma natural en la leche. Se trata de una molécula que una vez ingerida y tras su paso por el estómago, es hidrolizada y descompuesta en el intestino delgado.
El proceso de hidrolisis consiste en la separación de la lactosa en los dos azúcares que la componen: glucosa y galactosa.
Para que se realice este proceso, es necesario el concurso de una enzima, la lactasa (no confundir con lactosa) que es sintetizada en el intestino delgado.
Una separada en sus dos azucares, glucosa y galactosa, éstos son absorbidos por las vellosidades del intestino y pasan así al torrente sanguíneo.
¿Por qué se produce la intolerancia a la lactosa?
Cuando por algún motivo el organismo tiene déficit de la enzima lactasa, no es posible el proceso de degradación total de la lactosa en el intestino delgado.
Como consecuencia, la lactosa no es digerida y continua su camino, llegando hasta al colon, donde es fermentada por la flora intestinal allí presente. Esta fermentación genera gases debido a una malabsorción de lactosa aunque no tiene porqué conllevar la presencia de síntomas.
Síntomas de la Intolerancia a la Lactosa
Los síntomas habituales y típicos que provoca esta malabsorción de lactosa, son:
- Dolor abdominal: Sensación de dolor o cólicos en el estómago.
- Distensión abdominal: Sensación de hinchazón o aumento de tamaño del abdomen.
- Gases: Exceso de gases en el intestino, lo que puede llevar a eructos o flatulencias.
- Diarrea: Incremento en la frecuencia y liquidez de las heces, que puede ocurrir poco después de consumir productos lácteos.
- Náuseas: A veces acompañadas de vómitos.
Estos síntomas generalmente aparecen entre 30 minutos y 2 horas después de consumir alimentos que contienen lactosa. La severidad de los síntomas puede variar dependiendo de la cantidad de lactosa que una persona puede tolerar y la cantidad que haya consumido, incluso una ingesta de lactasa distribuida a lo largo del día puede pasar de forma totalmente asintomática.
Cómo saber si tengo Intolerancia a la Lactosa
Si piensas que eres intolerante a la lactosa, existen varias pruebas para establecer un diagnóstico:
- Sobrecarga de lactosa y concentración sérica de glucosa: Se administra al paciente una cantidad de lactosa y se observa el nivel de glucosa en sangre antes y después de la ingesta. Si el nivel de glucosa no se incrementa, estaríamos ante un caso de déficit de lactasa.
- Hidrogeno espirado en aliento: La presencia de hidrogeno en el aliento significa que ha habido fermentación de lactosa por la flora bacteriana del colon, es decir, se trataría de un déficit de lactasa
- Se determina la presencia de determinados ácidos en heces que se presentan ante fermentación producida a nivel del colon.
- Test Genético: Determina la predisposición genética del individuo mediante el análisis del polimorfismo 13910 que está presente en el 90 % de los casos de intolerancia.
En Laboratorio López Salcedo realizamos el test genético: INTOLERANCE 2
La prueba analiza el polimorfismo de la posición 13910 del gen MCM6 lo que indica la predisposición genética a esta dolencia.
Tratamiento – Dieta reducida en lactosa
Ante una situación de intolerancia y alergia a la lactosa, se debe, obviamente tratar de reducir su ingesta. El especialista valorará si se debe reducir totalmente o se puede simplemente reducir hasta valores que no supongan presencia de síntomas que puedan condicionar la calidad de vida del paciente.
La gran mayoría de las personas adultas pueden tolerar una cierta cantidad de lactosa, si bien, es posible también hacer una distribución de su ingesta a lo largo del día de forma que nunca se alcancen valores que provoquen los síntomas de la intolerancia.
Alimentos con lactosa
Aunque en lo primero que pensamos es en la leche y derivados lácteos, también podemos encontrar lactosa en algunos embutidos, bollería, pan de molde, caldos, etc.
Podemos encontrar lactosa en derivados lácteos como:
- Leche: La leche de vaca y de otros mamíferos (como cabra y oveja) contiene lactosa. Esto incluye la leche entera, semidescremada, y descremada.
- Yogur: Aunque algunas bacterias en el yogur ayudan a descomponer parte de la lactosa, todavía contiene este azúcar.
- Queso: La cantidad de lactosa varía según el tipo de queso. Los quesos frescos como el queso cottage y el queso crema tienen más lactosa, mientras que los quesos añejos como el parmesano y el cheddar suelen tener menos.
- Mantequilla: Contiene pequeñas cantidades de lactosa.
- Helado y otros postres lácteos: Estos productos suelen ser ricos en lactosa.
- Leche en polvo y productos que la contienen: La leche en polvo se utiliza en una variedad de productos procesados, incluyendo panadería, chocolates, y sopas instantáneas.
Aunque lo habitual es asociar la lactosa con productos lácteos, muchos alimentos procesados no lácteos también pueden contener lactosa. Esto se debe a que la lactosa se utiliza a menudo como aditivo en varios productos por su capacidad para mejorar la textura, sabor y vida útil. Estos son algunos ejemplos de alimentos no lácteos que pueden contener lactosa:
- Pan y otros productos de panadería: Algunos panes y productos horneados pueden contener lactosa para mejorar su suavidad y volumen.
- Cereales procesados: La lactosa puede ser añadida a los cereales para mejorar el sabor y la textura.
- Sopas y salsas envasadas: La lactosa puede ser utilizada como espesante o para mejorar el sabor.
- Carnes procesadas: Embutidos como salchichas y jamón pueden contener lactosa como aglutinante o potenciador del sabor.
- Comida rápida y platos precocinados: Las comidas rápidas y los platos precocinados pueden contener lactosa en sus salsas, rebozados o como parte de sus ingredientes.
- Medicamentos: Algunos medicamentos recetados y de venta libre contienen lactosa como excipiente.
- Chocolates y dulces: Algunos tipos de chocolates y dulces pueden incluir lactosa para mejorar la textura y el sabor.
Es muy importante leer las etiquetas de los alimentos y buscar términos como «lactosa», «sólidos de leche», «suero», «caseinato», y otros relacionados, especialmente si tienes intolerancia a la lactosa. Además, siempre es una buena práctica consultar a un profesional de la salud o un nutricionista para obtener asesoramiento personalizado.
Productos sin lactosa
El hecho de ser intolerante a la lactosa no implica que no podamos comer alimentos que la contengan. Cada vez es más común encontrar productos sin lactosa tanto en pequeños como en grandes supermercados (tipo Mercadona) donde existe una amplia gama de productos lácteos sin lactosa: leche deslactosada, queso sin lactosa, yogur (ej. Kaiku) sin lactosa, chocolate y muchos otros productos. En algunos de ellos se sustituye la lactosa por los azúcares producto de su hidrólisis: glucosa y galactosa, haciendo de este modo innecesaria la presencia de lactasa.
A la hora de eliminar o reducir la ingesta de lácteos, hay que tener en cuenta una posible suplementación de aquellas vitaminas o minerales que se dejarían de tomar al retirar la leche de la dieta, como es el Calcio o la Vitamina D.
¿Por qué puede haber un déficit de lactasa?
Al nacer, tenemos una gran actividad de enzima lactasa, puesto que nuestra única fuente de alimentación es la leche y su lactosa ha de ser hidrolizada.
De forma general, y aunque varía según etnias y áreas geográficas, a partir del destete, cuando la leche deja de ser el alimento exclusivo y necesario, el organismo comienza a reducir la actividad de lactasa de forma progresiva a lo largo de los años puesto que no debería haber necesidad de la toma de leche desde un punto de vista nutricional.
Sin embargo, la razón por la que la raza humana se haya ido adaptando a la ingesta de leche en la edad adulta hay que buscarla en el comienzo de la lechería hace unos 7.500 años en Centroeuropa. Con la llegada del ganado y el consumo de lácteos, comienza a producirse una adaptación genética del ser humano al consumo de lácteos y, por tanto, en mayor o menor medida, lactasa persistentes.
Existen 3 tipos de déficit de lactasa:
- Congénita o alactasia: No hay síntesis de lactasa desde el nacimiento. Es un caso muy raro.
- Intolerancia Primaria o hipolactasia tipo adulto: Hay una reducción progresiva de la actividad de la lactasa. Es la más habitual.
- Intolerancia Secundaria: Se debe a un daño intestinal provocado por una lesión, tratamiento farmacológico, u alguna otra patología (celiaquía, enfermedad inflamatoria…)
Alteración genética en los casos de intolerancia a lactosa
La mayor o menos presencia de lactasa es regulada por un gen. La enzima lactasa es sintetizada a partir de la expresión del gen LCT. La expresión de este gen está regulada por un complejo proteínico, el MCM que es en parte codificado por una secuencia específica del gen MCM6 situado en el cromosoma 2q21.
Una alteración genética de este gen, concretamente en la posición 13910 es el responsable de la persistencia o no persistencia de la lactasa en el adulto de forma que la secuencia de nucleótidos C/C (Citosina/Citosina) sería la presente en la no persistencia de lactasa, mientras que la sustitución de uno o los dos alelos por Timina, dando lugar a C/T o T/T seria la secuencia compatible con la persistencia de lactasa.
Epidemiologia
La frecuencia de intolerancia a la lactosa varía según etnias y zonas geográficas. Los valores más altos (> 80 %) de intolerancia están en la raza árabe, negra, latinos y asiáticos. La prevalencia menor está en el norte de Europa con valores próximos al 5 %.
En España, la prevalencia está en torno al 30 % en línea con otros países mediterráneos.