La intolerancia a la lactosa se produce cuando la persona no puede digerir este componente presente en la leche, generándole una serie de síntomas y molestias tales como gases, hinchazón o diarrea tras la ingesta de productos lácteos.
¿Qué es la Lactosa?
La lactosa es un azúcar presente de forma natural en la leche. Se trata de una molécula que una vez ingerida y tras su paso por el estómago, es hidrolizada y descompuesta en el intestino delgado. El proceso de hidrolisis consiste en la separación de la lactosa en los dos azúcares que la componen: glucosa y galactosa.

Para que se ejecute este proceso, es necesario el concurso de una enzima, la lactasa (no confundir con lactosa) que es sintetizada en el intestino delgado.
Una separada en sus dos azucares, glucosa y galactosa, éstos son absorbidos por las vellosidades del intestino y pasan así al torrente sanguíneo.
¿Por qué se produce la intolerancia a la lactosa?
Cuando por algún motivo el organismo tiene déficit de la enzima lactasa, no es posible el proceso de degradación total de la lactosa en el intestino delgado. La lactosa no digerida continua su camino y llega hasta al colon donde es fermentada por la flora intestinal allí presente. Esta fermentación genera gases debido a una malabsorción de lactosa aunque no tiene porqué conllevar la presencia de síntomas.
Cuando los efectos de la flora intestinal que generan la malabsorción de lactosa, llegan a provocar los síntomas típicos de esta dolencia: gases, flatulencia, diarrea, etc., es cuando se habla de intolerancia a la lactosa.
Esta intolerancia no tiene porqué ser total y dependerá de la cantidad de lactosa ingerida y del mayor o menos déficit de lactasa de forma que una ingesta de lactasa distribuida a lo largo del día puede pasar de forma totalmente asintomática.
La síntesis de lactasa no es dependiente de la cantidad de lactosa ingerida
¿Por qué se produce déficit de lactasa?
Cuando nacemos, tenemos una gran actividad de enzima lactasa, puesto que nuestra única fuente de alimentación es la leche y su lactosa ha de ser hidrolizada.
De forma general, y aunque varía según etnias y áreas geográficas, a partir del destete, cuando la leche deja de ser el alimento exclusivo y necesario, el organismo comienza a reducir la actividad de lactasa de forma progresiva a lo largo de los años puesto que no debería haber necesidad de la toma de leche desde un punto de vista nutricional.
Sin embargo, la razón por la que la raza humana se haya ido adaptando a la ingesta de leche en la edad adulta hay que buscarla en el comienzo de la lechería hace unos 7.500 años en Centroeuropa. Con la llegada del ganado y el consumo de lácteos, comienza a producirse una adaptación genética del ser humano al consumo de lácteos y, por tanto, en mayor o menor medida, lactasa persistentes.
La mayor o menos presencia de lactasa es regulada por un gen. La enzima lactasa es sintetizada a partir de la expresión del gen LCT. La expresión de este gen está regulada por un complejo proteínico, el MCM que es en parte codificado por una secuencia específica del gen MCM6 situado en el cromosoma 2q21.
Una alteración genética de este gen, concretamente en la posición 13910 es el responsable de la persistencia o no persistencia de la lactasa en el adulto de forma que la secuencia de nucleótidos C/C (Citosina/Citosina) sería la presente en la no persistencia de lactasa, mientras que la sustitución de uno o los dos alelos por Timina, dando lugar a C/T o T/T seria la secuencia compatible con la persistencia de lactasa.
Tipos de déficit de lactasa
Existen 3 tipos de déficit de lactasa:
- Congénita o alactasia: No hay síntesis de lactasa desde el nacimiento. Es un caso muy raro.
- Intolerancia Primaria o hipolactasia tipo adulto: Hay una reducción progresiva de la actividad de la lactasa. Es la más habitual.
- Intolerancia Secundaria: Se debe a un daño intestinal provocado por una lesión, tratamiento farmacológico, u alguna otra patología (celiaquía, enfermedad inflamatoria…)
Epidemiologia
La frecuencia de intolerancia a la lactosa varía según etnias y zonas geográficas. Los valores más altos (> 80 %) de intolerancia están en la raza árabe, negra, latinos y asiáticos. La prevalencia menor está en el norte de Europa con valores próximos al 5 %.
En España, la prevalencia está en torno al 30 % en línea con otros países mediterráneos.
Diagnóstico de la Intolerancia a la Lactosa
Existen varias formas de establecer un diagnóstico:
- Sobrecarga de lactosa y concentración sérica de glucosa: Se administra al paciente una cantidad de lactosa y se observa el nivel de glucosa en sangre antes y después de la ingesta. Si el nivel de glucosa no experimenta un incremento, estaríamos ante un caso de déficit de lactasa.
- Hidrogeno espirado en aliento: La presencia de hidrogeno en el aliento significa que ha habido fermentación de lactosa por la flora bacteriana del colon, es decir, se trataría de un déficit de lactasa
- Se determina la presencia de determinados ácidos en heces que se presentan ante fermentación producida a nivel del colon.
- Test Genético: Determina la predisposición genética del individuo mediante el análisis del polimorfismo 13910 que está presente en el 90 % de los casos de intolerancia.
En Laboratorio López Salcedo realizamos el test genético: INTOLERANCE2
La prueba analiza el polimorfismo de la posición 13910 del gen MCM6 lo que indica la predisposición genética a esta dolencia.
Tratamiento
Dieta reducida en lactosa
Ante una situación de intolerancia a lactosa, se debe obviamente tratar de reducir su ingesta. El especialista valorará si se debe reducir totalmente o se puede simplemente reducir hasta valores que no supongan presencia de síntomas que puedan condicionar la calidad de vida del paciente.
La gran mayoría de las personas adultas pueden tolerar una cierta cantidad de lactosa, si bien, es posible también hacer una distribución de su ingesta a lo largo del día de forma que nunca se alcancen valores que provoquen los síntomas de la intolerancia.
Además de lácteos, también podemos encontrar lactosa en algunos embutidos, bollería, pan de molde, caldos, etc
En los grandes supermercados (tipo Mercadona) existe una amplia gama de productos lácteos sin lactosa: leche sin lactosa, queso sin lactosa, yogur (ej. Kaiku) sin lactosa, chocolate y muchos otros productos. En algunos de ellos se sustituye la lactosa por los azúcares producto de su hidrólisis: glucosa y galactosa, haciendo de este modo innecesaria la presencia de lactasa.
A la hora de eliminar o reducir la ingesta de lácteos, hay que tener en cuenta una posible suplementación de aquellas vitaminas o minerales que se dejarían de tomar al retirar la leche de la dieta, como es el Calcio o la Vitamina D.